Autobiografía
- Ángela Herrero
- 6 nov 2019
- 2 Min. de lectura
Era 7 de junio del 2001 cuando mi madre me vio por primera vez. De ahí seguirían muchos momentos que tengo borrosos, pero han construido quien soy hoy en día.
Uno de mis primeros recuerdos es el momento en el que entré a mi colegio. Yo entonces no lo sabía, ese lugar se convertiría en una segunda casa en la que pasaría los próximos quince años. A la vez que iba al colegio por la mañana, las tardes las pasaba bailando. Desde los tres años he practicado ballet, flamenco, contemporáneo… El baile ha acabado formando parte de mí.
En casa, siempre estaba pidiendo un hermanito. “Porfa mami, porfa… Que lo cuido yo…” todo el rato con lo mismo. Mi hermanita me llegó en formato peludo y pequeñito una noche de reyes. Una caja con agujeros y un gran lazo se movía bajo el árbol. La Ángela de siete años no salía de su asombro. Chanel se convertiría en una gran compañera de juegos, disfraces y aventuras.
Pasaba el tiempo, las mañanas de sábado frente a la televisión, viendo mis programas y películas favoritas. Leyendo libros a la luz de una linterna bajo las sábanas que me trasportaban a lugares y personajes fantásticos. Entonces, decidí crear historias. ¿Por qué no? Sería fácil. Solo tenía que sentarme a escribir… La frustración llegó pronto. Los grandes libros que planeaba escribir se quedaban en pequeños relatos que mi padre imprimía y enmarcaba por casa. “Todo a su tiempo, ya verás…” Sigo esperando a que llegue ese momento del que me habla siempre mi padre, espero que sea pronto.
La entrada al instituto fue amarga. Mientras hacía mis primeras amigas que me acompañan hoy en día, no disfrutaba de las clases. Simplemente estudiaba para repetir como un loro. Aquello no me gustaba. Yo quería aprender de los libros y las películas.
Pasaba el tiempo, me iba conociendo a mí misma. Escribía cada día mientras estudiaba, dejando ratos libres para bailar y tiempo para estar con mis amigos. Conociendo a mis primeros amores. Inspirándome siempre en ellos para mis historias al más puro estilo Taylor Swift.
Todos estos momentos han hecho quien soy. Quedan muchos más. El destino ha hecho que me encuentre escribiendo esto en Salamanca mientras estudio la que creo es MI carrera. ¿Quién me lo iba a decir a mí? Al final, sí estoy aprendiendo de los libros y las películas. Y me encanta.
Comments