Hollywood en un bus de línea
- Ángela Herrero
- 23 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Godart dijo “El cine no es un arte que filma la vida; el cine está entre el arte y la vida”. Hace un tiempo, me dispuse a coger el autobús. Pagué el billete y me senté en el sitio de siempre, junto a la ventanilla en la parte de atrás. Había sido uno de esos días largos, un tanto agridulces; pero que atisban un poquito de esperanza, aunque fuera por ver la puesta de sol.
Una vez acomodada en mi asiento, levanté la mirada. El autobús iba vacío, apenas otras dos personas más. Hice un recorrido con los ojos y saqué mis pensamientos fuera del vehículo cuando pasábamos sobre el puente que cruza el río, y lleva de una parte de la ciudad a otra. El agua hacía de espejo al sol y los rayos reflejaban justo en mi cara. Inevitablemente cerré los ojos, no sé si cegada por el sol o por el cansancio de aquel largo día.
Todavía quedaba un rato para mi destino. Cuando me dispuse a mirar la hora en la pantalla del autobús, no encontré lo que esperaba. En lugar de las paradas siguientes, las noticias o el tiempo; me topé con mi escena favorita de Notting Hill. El elíptico paseo entre las estaciones de Hugh Grant por las calles de Londres.
Era la primera vez que me encontraba con una película en un autobús de línea. Nadie hace un viaje tan largo como para verse una película entera. La ciudad no es tan grande. Me quedé viendo en la pantalla cómo caían los copos de nieve sobre el mercadillo de Portobello. Ese abarrotado lugar que me gustaría visitar. Enmarcado con casas de colores pastel, donde parece que todo el mundo se conoce.
Desde entonces me gusta pensar que quizás alguien se quede para ver la película completa. Quizás esa es la fina línea de la que hablaba Godart. Esa línea que separa el arte de la vida. Puede que la vida sea quedarse a ver el final de tu película favorita en el bus. Aunque te la sepas de memoria, aunque ya la hayas visto quinientas veces. Aunque sepas que al final Hugh Grant se declara a Julia Roberts en una rueda de prensa. Ese día no vi la puesta de sol. No hizo falta. Ain´t no sunshine when she is gone, y otras maneras de endulzarte el día.
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