La rosa

Acompañando al protagonista en su viaje y conociendo a sus nuevos amigos, no podía parar de pensar en la rosa. Ella, tan dramática y necesitada de atención, se desvivía por el principito y, aun así, le había dejado marchar. ¿Se habría caído su biombo? ¿Habría podido defenderse con sus cuatro espinas? En un año, pueden pasar infinitas cosas… Él vio más rosas. Todas iguales a la suya. “Ella no sería tan especial, al fin y al cabo”, pensaba el principito. Pero se equivocaba. Cayó en cuenta cuando aprendió el significado de efímera y más tarde el zorro le dijo su secreto. “Lo esencial es invisible a los ojos. “

Me gustaría leer ese año narrado únicamente por ella. Seguramente quejándose, sin pensar que el principito la recordaba. Arrepintiéndose de haberle dejado ir. También quisiera saber qué pasó después, cuando él regresó. Puede que el principito también se convirtiera en rosa. Creo que me gusta este personaje porque yo también soy un poco rosa. Delicada a veces y orgullosa en otras.